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FORO DE EXPERIENCIAS SOCIEDAD RURAL Y POSPANDEMIA DE AMÉRICA LATINA
El senador Jorge Robledo no encuentra saludable el censo agrario ni las Zidres |
Dijo que para completar el país tiene el pésimo modelo agrario, dado que el 70 por ciento de las tierras con potencialidad agrícola sin contar la Altillanura no se destina a la producción sino a la especulación inmobiliaria, como lotes de engorde y, para completar importa el 30 por ciento de los alimentos que se consumen. Acusó al gobierno del presidente Juan Manuel Santos, a los gobiernos de varios expresidentes y los jefes de los partidos políticos tradicionales de darse golpes de pecho y a hacerse los locos cuando ellos son los causantes de lo que pasa mediante la aplicación de políticas neoliberales. El dirigente dijo que en particular de los de 1990 hacia acá, “estos personajes se han dedicado a convertir y montar haciendas de miles de hectáreas y transformar en siervos del siglo XXI a los campesinos y a los empresarios comunes”, mediante acuerdos de Libre Comercio. Señaló que, en desarrollo del paradigma de ultra concentración de la tierra, los partidos de la Unidad Nacional y el Centro Democrático aprobaron una ley para crear unas zonas especiales, llamadas Zidres, calculadas para legitimar las ilegalidades de clientes de abogados amigos del poder. Según Robledo, las Zidres significan además el primer paso para despojar al campesinado del derecho que la Constitución le otorga, en exclusividad, sobre las tierras baldías del Estado colombiano. “Para ello, la ley establece que los baldíos no se entregarán en propiedad, en áreas menores y solo a pobres del campo, como establece hoy, sino en concesión hasta por 30 años renovables a perpetuidad, realmente a magnates nacionales o extranjeros y en cualquier extensión, veinte, cincuenta, cien mil o más hectáreas”. El dirigente político dijo que mientras esto ocurre, la Superintendencia de Notariado acosa con procesos jurídicos, para quitarles las tierras que poseen desde hace décadas, a los llaneros tradicionales, tras la falacia de que ni campesinos ni empresarios que no sean muy poderosos pueden producir en la Altillanura. Justifican semejante despropósito con la insinuación falaz de que el agro no prospera porque no se utilizan las tierras de la Altillanura, como si no existieran en el resto de Colombia quince millones de hectáreas de mejor calidad subutilizadas, más baratas de cultivar y bastante más cercanas de los centros de consumo nacionales y de los puertos. |
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