Con la sonrisa de quien viene de menos a más y seguro de mostrar un parte satisfactorio tras soportar las ácidas críticas de organizaciones campesinas y de gremios por los efectos de un paro agrícola más leve que el del año pasado, el ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, considera que “al sector agropecuario le llegó la hora de asegurar un papel protagónico para reactivar el empleo, las divisas y el bienestar”.

El funcionario dijo que el gobierno desarrollará la estrategia invitando a todos los sectores urbanos, incluida la industria, la banca, la construcción, la educación para que encuentren en el sector rural la mejor opción para “sacar al país adelante” y dijo que “esas acciones permitirán encontrar las soluciones para  los actuales problemas del sector además catapultarlo hacia una era de crecimiento”.

En una entrevista con www.amigosdelcampo.com el ministro dijo que la estrategia tiene ocho componentes básicos y aseguró que si los próximos gobiernos cumplen el plan se dinamizaría la economía “de una forma impresionante y se enfrentarán los desafíos de los acuerdos comerciales con instrumentos modernos y de innovación”.

Las ocho estrategias son: un programa de agricultura familiar que no será manejado a través de convocatorias sino focalizado en las regiones con predominio de pequeña agricultura.

Intervención integral de los territorios para conocer la vocación de las regiones y cómo invertir los recursos.

Sacar adelante el proyecto de ley de acceso a la tierra que busca facilitar el proceso de titulación, mediante mejoras en las condiciones para los campesinos.

Diversificar los servicios de las centrales de abasto. Además de ser puntos de logística y almacenamiento.

Culminar el Pacto Nacional Agrario, que es un proceso participativo e incluyente que busca reformular la política agropecuaria. Este cierra el 2 de junio.

Programa de apoyo a la competitividad, para lo cual se tendrá el respaldo del BID para financiar proyectos.

Plan de internacionalización del sector agrícola y se abrirá la oficina de Banca de Inversión para estructurar los proyectos para el aprovechamiento del potencial productivo nacional.

Con esta propuesta se busca que en 5 años el país tenga 1 millón de hectáreas sembradas en cada una de las cadenas priorizadas; incrementar 20 % anual las exportaciones hacia los países que hacen parte de los tratados; formalizar 2 millones de predios en los próximos 5 años; sembrar 1,5 millones de hectáreas en la Orinoquía  y 150.000 hectáreas anuales en la región Caribe.

“Con ello esperamos un crecimiento sostenido del PIB agropecuario mínimo del 5 % anual en la siguiente década, logrando duplicar el área cultivada en Colombia a 10 millones de hectáreas”, aseguró el funcionario.

Agregó que este proyecto se puede financiar con la banca nacional y multilateral e invitó a los empresarios y emprendedores a que aprovechen esta nueva dinámica del sector.