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Se agudizan las dificultades de Monsanto en Argentina por cultivos transgénicos
Planta de Tratamiento de Semillas Transgénicas más grande de Latinoamérica

 

Que hoy estén detenidas las obras de construcción de la que sería la Planta de Tratamiento de Semillas Transgénicas más grande de Latinoamérica, es una  significativa victoria en la batalla que los vecinos de Malvinas Argentinas, una ciudad ubicada a 14 kilómetros de Córdoba Capital, le declararon a la Multinacional Monsanto.

La vida de Gastón Mazzalay y Esther Quispe, así como la de cientos de personas oriundas de la ciudad Malvinas Argentinas , cambió radicalmente desde que se enteraron, por voz de la propia Presidente Cristina Fernández de Kirchner, de la instalación en su ciudad de la Planta de Monsanto de Acondicionamiento de Semillas Transgénicas más grande de Latinoamérica.

“Nos enteramos como la mayoría de los vecinos, cuando la presidenta lo anunció en Nueva York, como una gran fuente de trabajo para la localidad de Malvinas Argentinas. Y empezamos a preguntarnos qué es esto de Monsanto, porque era la primera vez que escuchaba esta palabra”, cuenta Esther.

Motivada por la necesidad de garantizar su bienestar y el de sus seres queridos, Esther empezó a formarse e informarse sobre las implicaciones de la llegada de Monsanto a su ciudad. Es así como decidió sumarse a la Primera Asamblea de Vecinos Autoconvocados en la que el Presidente de La Fundación para la Defensa del Ambiente -FUNAM-, que tiene status consultivo ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, Raúl Montenegro, expuso las amenazas socioambientales que acarrea la instalación de la Planta Industrial de Monsanto a tan sólo 600 metros de la ciudad.

Ese día aproximadamente 400 malvinenses escucharon atentamente al Sr. Montenegro y desde entonces los más comprometidos decidieron conformar la Asamblea Malvinas lucha por la Vida.

A la lucha de la Asamblea se sumó el grupo Madres del barrio Ituzaingó Anexo, otro grupo de Córdoba que se organizó en contra de las fumigaciones con agroquímicos. Estas madres fueron conocidas en todo el país, por el histórico juicio que, en agosto del 2012, sentenció a un productor agrícola y a un aviador por la realización de fumigaciones ilegales. También lo hizo la Asamblea Socioambiental de Córdoba -CASA- y la Red Médicos de Pueblos Fumigados, entre otras Organizaciones Sociales.

Para Medardo Ávila Vázquez, coordinador de la Red Médicos de Pueblos Fumigados “La Planta Industrial de Monsanto y sus cerca de 200 silos de almacenamiento de semillas producirían contaminación aérea porque desprenderían cascarillas de maíz impregnadas de agroquímicos, lo que generaría enfermedades respiratorias, dérmicas y basculares”.

Por su parte el Presidente de FUNAM señala que “La planta no puede disociarse de los campos que las sembrarían, ni del uso asociado de plaguicidas y sus efectos. Siendo Monsanto una de las empresas líderes en el mantenimiento del modelo extractivo, es inevitable predecir que una mayor presencia de la corporación agravaría regionalmente los efectos indeseados, esto es, expansión de la superficie cultivada, destrucción de ambientes nativos y sobre todo, más enfermedades y muertes por exposición a bajas dosis de plaguicidas”.

El primer ciudadano en conocer la intensión de Monsanto de instalarse en Malvinas Argentinas, es la misma persona que ha defendido a capa y espada a la multinacional. Se trata de Daniel Arzani, el intendente del municipio, quien desde el inicio del conflicto se ha negado a dialogar con los asambleístas.

“Él instaló esta empresa acá, esta fábrica de muerte, sin consultar nada a nadie, vino y la instaló como quien compra un objeto en su casa y lo pone de adorno. Esa fue lo que a muchos vecinos nos dio mucha bronca, porque nos trató de ignorantes, nos ninguneo”, comenta Esther con cierta frustración.

Ante la negativa de Arzani, los vecinos de Malvinas Argentinas acudieron al Consejo Deliberante, y lo hicieron tras recolectar la cantidad de firmas necesarias para presentar un Proyecto de Ordenanza el cual pretendía que la decisión de la instalación de Monsanto se sometiera a una consulta popular. Sin embargo el proyecto fue rechazado por unanimidad. Seguramente porque se negaron a aceptar que emitieron la Ordenanza que otorgaba el permiso a la empresa para construir la Mega Plata Industrial de Semillas Transgénicas, sin tener en cuenta que la Ley General del Ambiente (nro. Ley 25.675) estipula necesaria la realización de un estudio de Impacto Ambiental y que la decisión pase por una instancia de consulta popular.

Pero lejos de sentirse derrotados, la asamblea Malvinas lucha por la Vida, continuó su periplo en busca de la anhelada justicia. Esta vez lo hicieron presentando un amparo judicial ante un juez de primera instancia y una medida cautelar ante la Sala 2ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba.

La decisión de la Cámara del Trabajo fue ordenar la suspensión de los efectos de la ordenanza que daba a la empresa permiso de obra para la primera etapa del proyecto. Sin embargo la dicha duró poco, ya que el Intendente Arzani apeló la decisión ante el Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba para que Monsanto siguiera adelante con la construcción.

“Aquí hay que hacer hincapié en por qué la Municipalidad de Malvinas Argentinas pone todo el aparato del estado al servicio de la multinacional”, comenta Gastón Mazzalay, joven asambleísta que ha acompañado la lucha de los vecinos desde el comienzo del conflicto.

Pero volviendo a la decisión del Tribunal, éste argumentó la invalidez de la cautelar porque supuestamente “se trata de una verosimilitud aparente, que se encuentra construida o apoyada más sobre un imaginario colectivo de amenaza que sobre indicios concretos que permitan colegir dicho riesgo”.

Las declaraciones de los vocales evidencian, el absoluto desconocimiento del Principio Precautorio que establece la Ley General del Ambiente, el cual dice que “cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente”.

“Si bien el Tribunal Superior de Justicia falló a favor de Monsanto, levantando la cautelar, el recurso de amparo sigue en curso y estamos aun esperando que se dicte sentencia. Pero también creemos que el Tribunal Superior ya marcó una línea y no creemos que un juez de primera instancia tome una decisión diferente a la decisión que marcó el Tribunal”, señaló Gastón.

Dicha demora juega en contra de los malvinenses, ya que al no dictarse sentencia les imposibilitan apelar ante las autoridades nacionales o internacionales, en caso de que la sentencia no fuera favorable a ellos. Y mientras que el amparo reposa en algún cajón, la Planta de Acondicionamiento de Semillas Transgénicas sigue construyéndose.

Luego de más de un año de asambleas, marchas, y cortes en la ruta nacional 19, la asamblea Malvinas lucha por la Vida decidió emprender junto a las Madres de Barrio Ituzaingó Anexo, vecinos de Catamarca, Chaco, Santiago del Estero y Traslasierra, una toma pacífica de los accesos del predio donde se edifica la planta. La consigna es simple, exigen que se suspendan las obras hasta que la empresa presente el estudio de Impacto Ambiental y se realice, durante la jornada democrática de octubre, una consulta popular que avale o no la construcción.

Aunque las primeras carpas se instalaron el 18 de septiembre, fue el día 20 cuando los vecinos tomaron las dos puertas del predio y restringieron el ingreso de camiones con material a la Planta. La antesala de la toma estuvo enmarcada por el festival “Primavera Sin Monsanto”, que se desarrolló el 19 de septiembre en la ruta A88, frente al lote donde se pretende instalar la multinacional transgénica. María Elena Londoño Rubio - Buenos Aires. Argentina. @maelondono27

 


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