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El 17 de julio gobierno y agricultores buscan soluciones que resuelvan paros agrarios
El 17 de julio gobierno y agricultores buscan soluciones que resuelvan paros agrarios

 

Aunque los organizadores de los llamados paros agrarios señalan que más allá de beneficios momentáneos solucionados por el gobierno con una chequera de fondos insuficientes para contrarrestar los ánimos ofuscados, los grandes gremios de la producción y el propio gobierno creen que lo que hay detrás en un fuerte contrapunteo entre diversas tendencias políticas para sacar provecho a los comicios electorales que se avecinan.

En realidad, el problema del campo colombiano nunca ha sido tratado con determinación por los gobiernos de los últimos años y tal vez el último esfuerzo de transformación de tenencia de la tierra lo hizo el expresidente Carlos Lleras Restrepo pero jamás lo amarró a una política de Estado que entregara herramientas a los sectores productivos para fortalecer a sus pobladores.

Con el paso del tiempo y el desarrollo de políticas neoliberales, los gobiernos de Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y el propio Juan Manuel Santos se han quedado cortos no solo en interpretar las necesidades de los habitantes del campo, sino sobre todo en estructurar y sacar adelante programas y proyectos que hubieran integrado al sector agropecuario y a la industria para ser oferentes de un mercado internacional que reclama productos básicos de consumo con valor agregado.

Y claro, ahora, los campesinos, desesperados por las inmminentes consecuencias de los Tratados de Libre Comercio, los altos coros, la revaluación y el insuficiente crédito para atender las parcelas salen a las vías a movilizarse bloqueando vías y aupados por fuerzas de derecha y de izquierda que tiene en jaque al propio establecimiento con el gobierno y los gremios a la cabeza.

Los promotores de los últimos movimientos de protesta ya han demostrado a través de la indignación de cafeteros, paperos, cacaoteros y arroceros, que han logrado ayudas del Gobierno por cerca de un billón de pesos, sin resolver los problemas de fondo, pero ahora se han sumado campesinos de varios municipios de la zona de Catatumbo en Norte de Santander.

Son fuertes las heridas que aún tiene la Federación Nacional de cafeteros, el gremio más fuerte de la agricultura, el cual se mueve por su propia cuenta, con clase aparte, pero también hay signos de preocupación por la deslegitimación de los cacaoteros y de los paperos, menos organizados, pero igual de sufridos por las inclemencias que azotan al campo.

Los expertos no dejan de analizar el contraste de su situación, pues mientras ellos se mueven en su propio infierno en las llamas de los precios, la debilidad tecnológica, los bajos índices promedio de productividad y los deficientes canales de mercadeo, en dos escenarios se habla por estos días del agro colombiano.

El primero fue en la Habana, a donde se hicieron llegar propuestas y recomendaciones por parte de organizaciones campesinas, pero donde en términos generales brilló por su ausencia, gremios tradicionales como la Federación Nacional de ganaderos, Fedegan, que todo el tiempo se ha distinguido por estar atizando con fuego la búsqueda de la paz, sin escatimar medios para sabotearla con pronunciamientos que poco ayudan al país.

El segundo es Agroexpo, un escenario empresarial que parece no contribuir a ser un escenario de reflexión y encuentro para que productores, industriales, banqueros y exportadores, jalonen para el mismo lado y pongan a Colombia a sonar en el concierto internacional con productos distintos al petróleo, los minerales y las malas noticias provenientes todo el tiempo de corrupción y delincuencia.

Mientras tanto, según aseguraba la revista Semana, en los paros agrarios varios de los dirigentes han manifestado su interés de aspirar a cargos de elección popular, aprovechando su capacidad de convocatoria, o están relacionados con congresistas o políticos locales y regionales, que ayudan a movilizar a las comunidades, sin que, en muchos casos, les falte razón en torno a sus solicitudes, más no en el uso de las vías de hecho para buscar la atención a sus necesidades.

Cierto o no, el gobierno convocó para el próximo 17 de julio a una gran mesa nacional para volver a evaluar qué es lo que quieren, porque según el propio ministro de Agricultura, Francisco Estupiñán Heredia, los programas y proyectos de la administración Santos están caminando.

Y más allá de la mecánica electoral, según logró establecer www.amigosdelcampo.com están los intereses que se mueven para manejar los fondos parafiscales. Para nadie es un secreto por ejemplo, que salvo los amigos e integrantes de Fedegan, pocos son los que comparten la manera como el gremio ganadero ha administrado esos recursos y, de hecho, el propio Gobierno puso el caso en manos de la Contraloría General de la República los correspondientes archivos para su control y revisión.

En el caso de la papa, se afirma que varios políticos boyacenses están interesados en el manejo de los recursos del ingreso parafiscal del futuro Fondo Nacional de la Papa, que se desprenderá de Asohofrucol y que tiene un potencial de 10.000 millones de pesos anuales.

Fedearroz como gremio, ha sido crítico del propio Gobierno y no aplaude todas sus actuaciones, pero la logrado con un manejo riguroso de sus recursos poner del lado a sus agricultores que están en acuartelamiento de primer grado por la coyuntura internacional de precios internacionales bajos con altos costos de producción y, mientras tanto el gobierno anunciando la negociación para nuevos Tratados de Libre Comercio como el de Alianza Pacífica, pese a los resultados en contra del ya en vigencia con Estados Unidos.

 


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