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Los tratados de libre comercio preocupa a los cultivadores de arroz por el duopolio industrial
Los tratados de libre comercio preocupa a los cultivadores de arroz por el  duopolio industrial

 

Un artículo del periodista Héctor Sandoval Duarte, en el diario El Espectador del 3 de febrero señala que según varios actores de la cadena del arroz, el alza en los precios al consumidor tiene un origen: los grandes molinos y son los productores quienes denuncian la posición dominante de los industriales.

Según el artículo, el incremento del 18,6% en el precio del arroz al consumidor durante 2012 (que llevó a que un kilo del cereal cueste $2.900 en el comercio y a poner en alerta al Gobierno y también a la Superintendencia de Industria y Comercio), en vez de tener contentos a los productores nacionales, les ha causado un gran disgusto, ya que denuncian que los grandes molinos del país se están llevando márgenes significativos de utilidad en medio de una coyuntura en la que a los agricultores les siguen pagando cada vez menos dinero por cada tonelada cosechada.

“El 60% del mercado lo manejan Diana y Roa, especialmente este último. Ponen el precio como quieren y cuando quieren. Como Diana ha venido en expansión, compró otra empresa para competirle a Roa. Entonces, se agarraron por el mercado”, asegura una fuente de la cadena arrocera que pidió no ser citada.

“Ellos empezaron a subir el precio; era bueno para el agricultor, pero yo sabía que eso iba a traer como consecuencia que tiempo después pusieran el arroz a un costo muy bajo”. Al solucionar el conflicto, asegura la fuente, los dos molinos resolvieron al final del año pasado disminuir los precios, lo que llevó a que una carga en el Tolima pasara de pagarse en $160.000 a $114.000.

Según la denuncia que hace esta fuente, un precio razonable para los molinos y los productores al cerrar el año pasado era tener una carga de arroz que oscilara entre $125.000 y $130.000. “Después le bajaron poco a poco. En el Llano, se paga el cereal en $104.000 y eso ya es ruinoso para el productor. Eso no es otra cosa que el abuso de la posición dominante y ponen los precios con una arrogancia terrible frente al Estado y los agricultores. Son los amos y señores del mercado”.

Rafael Hernández Lozano, presidente de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), asegura ante ese fenómeno que el precio volvió a bajar al productor desde comienzos de este año, a tal punto que una tonelada de arroz paddy verde se está pagando al agricultor en $902.322 en promedio (esto representa una caída de 8,7% en lo que va del año según las estadísticas del gremio). “Si esto ocurre así, se vuelve una escalada año tras año. Eso aumenta los rendimientos de quien transforma e importa. Si traen un arroz y llega valiendo al mercado $1.400 el kilo y en el mercado está a $2.800, ¿qué pasa con esa diferencia?”.

Hernández cuenta que cuando a los grandes molinos se les preguntan las razones de tener precios tan bajos, responden que “es el mercado. Cada vez que les conviene, le suben y le bajan al arroz a su antojo y el resto de la industria los sigue. Se llega a una carga por debajo de $115.000 de la noche a la mañana. Acá lo que está ocurriendo es un abuso de posición dominante”.

Sumado a esto, según el dirigente gremial, el contrabando y las importaciones del cereal bajo el manto de los acuerdos de libre comercio vigentes van a acabar con los productores colombianos, que actualmente están trabajando a pérdida.

Otro experto del sector consultado por este diario comentó que, citando a un funcionario de la firma Almacenar, hay sorpresa por los altos volúmenes de arroz que están almacenados en este momento en Colombia. “Estuve en Barranquilla la semana pasada y el precio del arroz blanco en la zona norte del país es de $1’700.000 por tonelada, mientras que en el centro del país cuesta $2’100.000. Al norte que llega todo el contrabando”. Agrega que “así se maneja el mercado cuando hay monopolio”.

Ante este comportamiento de los precios, el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía López, dijo que a pesar de que exista libre mercado, el Gobierno está en obligación de proteger a los productores de arroz (cada uno tiene sembradas 11 hectáreas en promedio). “Los molinos tienen un control total sobre el precio del cereal; los agricultores son simples tomadores de precios. Acá debe intervenir el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural para que las demandas se hagan con seriedad”.

En respuesta a lo que señalan algunos eslabones de la cadena arrocera en materia de control de precios, el gerente general de los molinos Roa y Florhuila, Hernando Rodríguez, aseguró a este diario que no se puede incurrir en el deterioro de la cadena “a punta de rumores. Para el consumidor, el precio del arroz ha bajado. Que los comerciantes no lo bajen, eso ya es otra cosa”.

“Además, es totalmente falso que el control del mercado arrocero lo tengan dos molinos en el país. Eso no es así; no es cierto. También, tenemos el problema del contrabando de arroz, que ingresa por el norte y por el sur del país”, manifestó el empresario, quien recientemente dijo en versiones de prensa que las empresas que preside se encuentran entre los mayores importadores del cereal, esto debido a que compran grandes volúmenes de la producción nacional.

Jeffrey Fajardo, director de la Cámara Induarroz de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) —que agremia a cerca de 20 industriales arroceros del país—, comentó que durante 2012 en Colombia sucedió algo atípico en el mercado del cereal: “Colombia tiene un mercado cerrado en arroz y buena parte del año está cerrado a las importaciones. Eso tuvo consecuencias en lo que sucedió el año pasado. Este país es deficitario en arroz”.

Parte de lo que está pasando en materia de precios, según Fajardo, comenzó cuando los miembros del Consejo Nacional Arrocero se reunieron el año pasado y se pararon de la mesa debido a diferencias generadas por el problema del contrabando.

“Con cifras oficiales, el Consejo concluyó que el país iba a tener un déficit de 200.000 toneladas de arroz en junio de 2012. Pero no se tomó una decisión basada en criterios técnicos, sino en razones políticas: es la presión que han ejercido los productores colombianos para mantener ese cierre del mercado. Eso significa un arroz el doble de caro”, dijo.

Según el directivo, entre mayo y junio del año pasado se llegó a una escasez de arroz tan profunda que “los molinos importantes tuvieron que cerrar al no tener que trillar. Además, en la cosecha que va entre julio y octubre de 2012 —cuando se recoge el 74% de la producción nacional—, los molinos estaban vacíos. Eso generó una condición atípica porque los precios se dispararon”.

Para Fajardo, lo que está pasando con el cereal es “un doble juego al que el país no puede estar expuesto. El año pasado los molinos no eran los que hacían arrodillar a los agricultores. No importaba que pocos controlaran el mercado, porque se pagaba más caro el arroz. En ese entonces, ningún Fedearroz salió a decir nada. Comenzando agosto del año pasado le dijimos al ministro de Agricultura (Juan Camilo Restrepo) que detuviera esa crecida de precios al agricultor”.

“¿Qué pasó en noviembre y diciembre de 2012? Ahí el precio cayó, porque las industrias se habían abastecido lo suficiente. Nunca hubo una caída de 30%, como dijo Fedearroz. Se caen los precios de una cosecha que no existe”, afirmó el directivo de la Cámara Induarroz, quien está convencido de que no se deben restringir las importaciones del cereal con el fin de que no se infle la cotización del cereal.

Aunque los industriales están a favor de las importaciones incluidas en el acuerdo comercial con Estados Unidos y bajo lo establecido con la CAN (con Ecuador y Perú), el presidente de Fedearroz le ha pedido al Gobierno que no traiga, o al menos reduzca, estos grandes volúmenes del cereal próximos a ingresar. “Empezó a funcionar el TLC con Estados Unidos y llegó en diciembre de 2012 el primer contingente de 79.000 toneladas. En la primera semana de febrero de este año se saca la otra subasta por 82.500 toneladas del cereal estadounidense. ¿Qué pasa? Eso va a traer arroz blanco más barato al mercado”.

A estas cantidades del cereal se suma, según Hernández, que el Ministerio de Agricultura va a aprobar la importación de 90.000 toneladas de arroz provenientes de Ecuador y Perú. “Estamos hablando de que entre diciembre y junio de este año llegarán 251.000 toneladas importadas. ¿A cuenta de qué tienen que sacrificar a los productores nacionales? ¿Cuál es la política para contrarrestar esto? Ninguna”.

“Con las importaciones derivadas de los tratados de libre comercio, el arroz sigue al mismo precio. ¿Quién se queda con la plata? Los industriales y los comerciantes. Y no pasa nada”, asegura el jefe de estudios económicos de Fedearroz, Néstor Gutiérrez.

Otro motivo de preocupación para el gremio arrocero continúa siendo el contrabando. Según estimativos de la Andi, anualmente están ingresando 300.000 toneladas del cereal de manera ilegal a Colombia y de acuerdo con la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), existen indicios de que los actores formales de la cadena arrocera se están aprovechando de este fenómeno.

 


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