fresh menu leftfresh menu right
Notas sobre el Foro Para la Paz que dejó insumos al gobierno y a las Farc sobre el agro
#

Por J. R. Bermúdez

El foro: Política de Desarrollo Agrario Integral, Enfoque Territorial, fue, a mi modo de ver, un éxito porque: se copó el cupo de 1.200 personas en representación de todos los movimientos imaginables del país rural, con énfasis en sectores tan representativos e invisibles para los citadinos, como los indígenas, afros, desplazados, líderes de movimientos populares y gremios campesinos.

 

El gerente de un gremio afiliado a la SAC, dijo que se sentía como mosco en leche, y no era para menos, porque no solo estaba muy bien puesto en su atuendo de ciudad, corbata Hermes incluida, por contraste con las mantas guajiras y arhuacas, oscuras las unas y blancas las otras, los tocados de plumas, collares, narigueras, brazaletes, tatuajes, corte totuma de unos y trencitas de los otros, sino por los lenguajes, distantes en la forma, el fondo y la vehemencia.

Precisamente por estas diferencias entre los principales actores del evento, el funcionamiento del foro y su objetivo de aportar a la búsqueda de la paz, puso a prueba la experiencia acumulada de sus organizadores, Naciones Unidas y la Universidad Nacional, para que las ponencias lleguen a destino.

La variedad de las propuestas fue tal que, por ejemplo, uno pidió que se eliminaran las fuentes contaminantes de energía: nada de petróleo, biodiesel, alcohol carburante, solo la fuerza de las aguas en caída libre, el aire, o las mareas deben mover el mundo.

Otro propuso que campesinos y trabajadores rurales recibieran educación integral, vivienda digna y los mismos beneficios de los obreros y empleados de la ciudad, incluidas cobertura total en salud y pensión. Lo que me recordó la anécdota del Maestro Echandía cuando sus paisanos de Chaparral le pidieron eso mismo para su pueblo, él les aconsejó que mejor sería que se vinieran a vivir a Bogotá.

Entre los muchos y variados participantes son destacables los jóvenes líderes de comunidades y gremios de todo el país, los enjundiosos académicos y estudiosos que presentaron sus trabajos y experiencias de muchos años, con propuestas económicamente sustentadas y viables, y los gremios con sus puntos de vista.

Un participante preguntó en el pasillo, como conseguir el vídeo que Timochenko le había enviado al Foro. A lo que una indígena de Putumayo dijo: yo lo tengo, busque un CD o una USB y se lo bajo, es grande, tiene más de una giga y así, sin mucha vuelta, el curioso pudo ver al líder en traje de campaña nuevo, sin arrugas, recién arregladas las barbas, con un morral a cuestas, sin sudor, con cachucha mensajera: Simón Trinidad presente; hablar largo y tendido sobre el conflicto y su posición frente al establecimiento, con segmentos de discursos de Gaitán.

Otro pregonaba la venta de un video alucinante con las entrevistas que les hicieron a los internos del siquiátrico Borda, de Buenos Aires. Tal oferta, en aquel lugar y circunstancia, me hicieron caer en la cuenta que podría uno estar haciendo parte de un tinglado un poco loco. Lo que me recordó a Cioran en, Ese Maldito Yo, quien contó que: “En la primavera de 1937, paseando por el parque del hospital siquiátrico de Sibiu, en Transilvania, fui abordado por un “huésped”. Intercambiamos algunas palabras y luego le dije: “Se está bien aquí”. “Es cierto. Merece la pena estar loco”, me respondió.

“Pero está usted, a pesar de todo, en una especie de prisión.” “Si usted quiere (verlo así) pero aquí se vive sin la menor preocupación. Además, la guerra se acerca, usted lo sabe tan bien como yo, y este lugar es seguro. No se nos moviliza y no se bombardea un manicomio. Si yo fuera usted, me haría internar inmediatamente.” Turbado y maravillado, le dejé e intenté informarme sobre él. Se me aseguró que estaba realmente loco. Loco o no, nunca nadie me ha dado un consejo más razonable”.

Esto viene al caso, porque el evento tenía un tinte un poco surrealista, en que cada participante, 1.200 hombres y mujeres de todos los orígenes y movimientos, interesados en presentar su propuesta, lo hacían dentro de un espacio de máximo 10 minutos, así llevaran ponencias de 80 páginas y eran tan grandes y variadas las propuestas como participantes inscritos, al punto que en la relatoría final se notaban tanto la variedad como la repetición de algunos temas.

Lo más significativo: la participación de Naciones Unidas de Colombia, Universidad Nacional, la Sociedad de Agricultores de Colombia, Fedepalma, Fedecafe, Fedearroz, y de conocedores de la cuestión rural, como Vicente de Roux, Provincial de los Jesuitas, Absalón Machado, Alejo Vargas, Darío Fajardo, autor del libro: Para Sembrar la Paz Hay que Aflojar la Tierra; la ostensible ausencia de Fedegan, y la presentación de más de mil ponencias, inducen a una alta dosis de optimismo sobre el futuro de la vida del campo en Colombia.

Si con las propuestas de este Foro no concretamos una nueva política rural, podemos seguir como hasta hoy, haciéndonos los locos con ese sector y postergando la opción de un posible mejor futuro para el país.

 


Potenciado por Joomla!. Designed by: business hosting private label reseller Valid XHTML and CSS.

Find us on Facebook
Follow Us